La educación emocional: el corazón también puede aprender.
"El éxito personal está más vinculado a las capacidades emocionales que a las capacidades intelectuales" (Goleman, 2005).
Fecha de publicación: 01/09/2024
Daniel Goleman, psicólogo, periodista y escritor norteamericano, no es quien acuña el término, pero sí quien investigará y profundizará sobre la “inteligencia emocional” a partir de mediados de los noventa, revolucionando así el campo de la Psicología y de las Ciencias de la Educación, especialmente al proclamar que:
"El éxito personal está más vinculado a las capacidades emocionales que a las capacidades intelectuales" (Goleman, 2005).
Desde allí en adelante, diversas disciplinas comenzaron a interesarse en la temática.
"La inteligencia emocional es el conjunto de habilidades y capacidades psicológicas que permiten identificar, aceptar, entender y regular las propias emociones en los diferentes escenarios que se puedan presentar" (García-Allen, 2016).
Esto claramente es una ventaja en cuanto a las relaciones interpersonales en cualquier ámbito: familiar, académico, laboral, institucional. Precisamente la ventaja más importante de la inteligencia emocional reside en la gestión satisfactoria y efectiva de las emociones, siendo más probable alcanzar los resultados esperados.
Aunque suele asociarse el binomio enseñanza-aprendizaje con las habilidades intelectuales de las personas que aprenden, la educación es un proceso mucho más integral que eso, porque los seres humanos somos sujetos complejos que en cada situación, incluso en la educativa, utilizamos la razón y las emociones para actuar.
Es a partir de esta premisa que se comienza a aplicar el concepto de “inteligencia emocional” en el campo de la educación y se comprende la importancia de educar en ese sentido. Muy especialmente el tema se ha vuelto popular después de la pandemia vivida por el Covid-19, ya que la forma de tomar clases cambió rotundamente, todo en un contexto caótico y desesperanzador que generó serios problemas psicológicos y emocionales en las personas.
Los desafíos de cara al futuro involucran entender a la educación como un proceso que se da en determinado momento histórico y en determinada sociedad. Educar -y aprender- implicará hacerse cargo, no sólo de los conocimientos, sino de las emociones necesarias para atravesar la etapa educativa y alcanzar exitosamente el objetivo perseguido.
Para comenzar a pensar el tema: ¿las instituciones educativas -de todos los niveles- prestan atención a la educación emocional?
Bibliografía:
Goleman, D. (2005). La inteligencia emocional. Por qué es más que el coeficiente intelectual (25ª ed.). Buenos Aires: Javier Vergara, Editor.
Jonathan García-Allen. (2016). Daniel Goleman: biografía del autor de la Inteligencia Emocional. Portal Psicología y Mente.